El poeta corucho Saturnino Caraballo busca historias
El magnífico poeta corucho Saturnino Caraballo, colaborador con Diario Corucho, busca personas que quieran contar sus experiencias e historias sobre Cenicientos.
A través de esas historias, Saturnino las dará forma de poema para que todos los lectores puedan disfrutarlas.
Todo aquel lector que quiera colaborar y ver reflejada su historia en el arte literario de la poesía debe ponerse en contacto con nosotros, a través del correo electrónico diariocorucho@gmail.com desde el que derivaremos el contacto a Saturnino.
Muchas gracias anticipadas por su participación, que nos deleitará a todos.
Sección de Cultura de Diario Corucho
CENICIENTOS EN EL CORAZÓN
ResponderEliminarEs mañana grisácea en el pueblo,
de una lluvia que cae mansamente,
y un tañer de la campana doliente
sume a la calle en silencio y despueblo.
Es preciso y urge hacer un repueblo
que atraiga en cascadas a nueva gente
y vea un alba de nuevo creciente
al igual que yo lo canto y lo amueblo.
¿Qué versificaré por alabarte
y en versos épicos alto ascenderte
y sobre el mapa de España situarte
e imperecedero así siempre verte,
pueblo corucho, sin cesar de amarte
hasta cubrirme el velo de la muerte.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
DESTACO A CENICIENTOS SOBRE EL MAPA
ResponderEliminarDestaco a Cenicientos sobre el mapa
que de Madrid conforma monte y suelo,
siendo parte importante de su cielo
buque insignia que prende en su solapa.
En grata sensación que pronto atrapa,
sus vinos suavidad de terciopelo
y brisas marejadas del consuelo
que adhieren al viajero como lapa.
Un sortilegio tiene su montaña
con su Peña entrañable que se baña
en el pinar tendido ante sus pies.
Y la trasponer el sol sobre la cumbre
es tamaña su belleza y deslumbre
que la villa corucha adorable es.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL ORIGEN DEL NOMBRE DE CENICIENTOS
ResponderEliminarA las armas llamó el rey
a sus leales vasallos
para hacer la guerra al moro,
y de sus predios echarle.
Fueron heraldos reales
por humildes aldehuelas,
por cañadas y villorrios
y al foro de las ciudades.
Pregonaron el Edicto
en torres de campanarios
a los sones de timbales
y cuernos de bueyes mansos.
Llegaron a San Esteban
de la Encina Protomártir
habitado por labriegos
y pastores arriscados.
Movilizóse el alcalde
con alcaldes aledaños
hacía el pueblo de Escalona
con los censos en la mano.
De allí fueron a Toledo
en un grupo encaminados
a presencia del monarca
con la corte allí instalado.
Y una vez allí llegados
y por su puente de Alcántara
lentamente atravesado
vieron el Tajo allí abajo.
Allí nadaba La Cava
muchos años ya pasados
y allí viola don Rodrigo,
y suspiró enamorado.
Mas negándose Florinda
a entregársele de grado,
al rey de los visigodos
acusó haberla abusado.
Informado don Julián,
el padre que estaba en Ceuta
por el rey allí destacado,
jurósela al soberano.
Con el obispo don Opas
conspiraron y una alianza,
fue entablada con Tariq
y en la antigua Iberia entraron.
Por entonces en Toledo
reinaba la tolerancia
y las grandes religiones
estudiando se hermanaban.
Las religiones Del Libro
sagrado de los judíos,
y de árabes y cristianos
compartido y traducido.
Y siendo así en este clima
por el rey bien acogidos
los alcaldes regidores
en su punto de destino.
De San Esteban su alcalde
digno en su rusticidad,
de su legajo hizo entrega
a la Majestad Real.
El rey miróle perplejo
estudiando el documento
al ver puestas allí cifras
cual villas con monumentos.
"¿Pues no es la tuya una aldea
y me ofreces cien y cientos
en mi ejército de lanzas
en la guerra a que me enfrento?"
"¡Príncipe!", hablóle el alcalde,
"¡en San Esteban sus gentes
contra él moro lucharán
por Vos y por nuestro Dios!".
"¡Las mujeres y los niños
y los ancianos hendidos
harán suya vuestra causa
contra vuestros enemigos!".
"¡Me place aquesto que dices
mi buen vasallo y amigo,
y cambio el nombre a tu aldea
mis nobles son mis testigos!".
"¡Se llamará Cenicientos
desde ahora en adelante,
y Yo, el Rey, sobre estos reinos
así lo dispongo y firmo!".
¿Es historia o es leyenda
o invención de mis mayores?
Mas en nuestra tradición
su nombre es regio ante Dios.
Saturnino Caballo Díaz
El Poeta Corucho
EL CANTO A CENICIENTOS
ResponderEliminarEn la cuña introducida,
de abulenses y Toledo
está el pueblo y su viñedo
sostenimiento de vida.
La cepa fue mantenida
como diosa en los altares
y las uvas en lagares
corría rojo su mosto
por el canalillo angosto
como el agua de los mares.
Con gentes acogedoras
transitando por la calle
hacen ameno este valle
de las coruchas auroras.
Armonía de las horas
transcurren de forma lenta
si el espíritu aposenta
apego por el sosiego
del que harto de trasiego
vida tranquila le tienta.
Quien nos visita se queda
y si se va siempre vuelve
cuando la brisa le envuelve
del arcón de su almoneda.
Paseante en la vereda
viendo la vida que pasa
hace trasvase y trasvasa
olvido de su paisaje
y se siente paisanaje
y cimenta aquí su casa.
Siempre impera aquí la calma
y el horizonte apacible
que se bebe y es bebible
como néctar en el alma.
Aparejo que es la enjalma
de sus pocos animales
otrora en los hierbazales
abundaban los rebaños
pero el paso de los años
los mantiene terminales.
Que más decir de su Peña
a la que enaltezco tanto
y con mis versos la canto
y de mi rima se adueña.
Sostengo que es nuestra enseña
y la base del futuro
y aunque yo yerto y oscuro
cuando el suceso acontezca
el poema permanezca
y ser cierto lo que auguro.
¡Tomad,os presto mis ojos
y su enfoque en la llanura
y abridlos en herradura
con que aparta los abrojos!.
No reparad en rastrojos
y veréis a don Quijote
que con Rocinante al trote
va por tierras de la Mancha
gritando: Castilla es ancha
y se me atufa el bigote.
Y si tornáis la mirada
nuestra capital Madrid
y cabalgando va el Cid
en la alta madrugada.
Y en la noche despejada
he visto un cielo de bruma
flotando como la espuma
desde la Peña las luces
polucionando de bruces
a Madrid con que lo abruma.
Y de la Peña bajando
al pasear por el llano
la dehesa es un rellano
por el cual ir divagando.
Los coruchos paseando
por la estrecha carretera
ven en el cielo una esfera
límpida de aire tan puro
que su clima es un seguro
de naturaleza austera.
Pinares, huertos y encinas
viven en el horizonte
y la quietud en el monte
e higueras en las retinas.
Visitante que caminas
y buscas vida apacible
y de vivir lo indecible,
el pueblo de los coruchos
tiene en alicientes muchos
para hacértelo factible.
Y hablamos aquí un lenguaje
ingenioso y cervantino
junto al amor de su vino
colofón de un buen viraje.
Y habrás hecho un maridaje
con la estrella de los vientos
que aseda los movimientos,
de nuestros recios olivos
que muestran sin paliativos
el alma de Cenicientos.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho