miércoles, 19 de octubre de 2016

FIESTA DE LA VENDIMIA 2016 - CENICIENTOS

CARTEL DE LA FIESTA DE LA VENDIMIA 2016 - CENICIENTOS

 

13 comentarios:

  1. LA FIESTA DE LA VENDIMIA

    Peñas salen de la Plaza
    llevando acompañamientos
    de unos festejos con traza
    de la tradición que enlaza
    al corucho Cenicientos.

    De varas llevan el carro
    por mulas encabezado:
    que es reliquia y es bizarro,
    y carro de cuando el barro
    del pueblo era el decorado.

    Cestos de mimbres antiguos
    llenan de uvas maduradas
    de unos racimos ambiguos
    que unos con otras contiguos,
    aguardan a ser pisadas.

    Ya en puertas de la bodega
    la juventud bulliciosa
    gran alegría despliega,
    y nuestra Peña sosiega
    la tarde otoñal ruidosa.

    Marcha el carro con su carga
    por coruchos flanqueado,
    allá por la calle Larga
    donde báquica se alarga
    hasta el lagar del pisado.

    En la plaza ya de nuevo
    bailan sobre el escenario
    el folclórico renuevo
    de las cinturas de acebo
    de los coruchos muestrario.

    Rebosante y concurrida
    y con ambiente festivo,
    quizá en alguna medida
    también fuera merecida
    un homenaje a su olivo.

    Siempre cepas y olivares,
    hermanados por las manos,
    y arropados por pinares
    y efluvios de tomillares,
    fraternizaron hermanos.

    En Cenicientos nunca hubo
    caciques ni latifundio,
    y un ten con ten se sostuvo
    y en paz siempre se mantuvo
    viña grande y minifundio.

    Pese a ser fiesta reciente
    sin raigambre y sin memoria,
    en su devenir la gente
    tenga el corucho presente
    ser ya parte de su historia.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  2. LA FLOR BLANCA DEL OLIVO

    La flor blanca del olivo
    convertida en aceituna
    conformará una laguna
    de nuestro aceite exclusivo.
    Olivar que es privativo
    de olivares opulentos,
    que hacen platos suculentos
    con su aromático aceite
    y han convertido en deleite
    los guisos de Cenicientos.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  3. LA BODEGA DE CENICIENTOS

    Con el tiempo esta pátina ha curtido
    las piedras que ennegrecen la fachada
    y expande olor del mosto en oleada
    del vino que fermenta adormecido.

    Bodega que en vejez ha encanecido
    acogiendo a toda uva enamorada
    que traía el serón la esposa amada
    al tálamo del cono su marido.

    Y a sus puertas hervía un torbellino
    y de cargas un mar en oleaje
    disputando la mula y el pollino

    en pugna por la fila del pesaje
    de racimos que han hecho a nuestro vino
    vinícolas raíces del paisaje.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  4. CORUCHO DEL VIÑEDO Y DE LA CEPA

    ¡Corucho del viñedo y de la cepa!,
    con tus vinos fulgiendo embotellados,
    vas imparable abriéndote mercados.
    España hoy, después Rusia con su estepa.

    Nadie osado de tus caldos discrepa
    en sus conos fermento atesorados
    del esfuerzo ante hechos consumados
    en su ascenso en valía y no por trepa.

    Estuches que lleváis a Piedra Escrita
    impresa y estampada en la botella
    legataria en saber conocimientos,

    de ancestros y su pálpito palpita
    sobre los campos coruchos y su huella
    es la madre del vino en Cenicientos.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  5. LA BODEGA DE CENICIENTOS

    Con el tiempo esta pátina ha curtido
    las piedras que ennegrecen la fachada
    y expande olor del mosto en oleada
    del vino que fermenta adormecido.

    Bodega que en vejez ha encanecido
    acogiendo a toda uva enamorada
    que traía el serón la esposa amada
    al tálamo del cono su marido.

    Y a sus puertas hervía un torbellino
    y de cargas un mar en oleaje
    disputando la mula y el pollino

    en pugna por la fila del pesaje
    de racimos que han hecho a nuestro vino
    vinícolas raíces del paisaje.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  6. EL PUENTE DE LA CHORRERA

    El puente de la Chorrera
    a coruchos vio pasar,
    con su ganado lanar,
    sus mulas y vertedera.
    Por la estrecha carretera
    camino iban de Escalona,
    cuando el blasón que blasona
    a la ciudad imperial
    era nuestra capital
    y de España la corona.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  7. SAN ESTEBAN PROTOMÁRTIR
    Oración al Patrón

    Tú, que fuiste lapidado
    y en nuestra Iglesia gobiernas,
    bendiciones sempiternas
    para este pueblo apagado.
    No puede estar acabado
    un pueblo de emprendedores,
    de coruchos labradores
    que cultivaron sus viñas
    entre helor y socaliñas
    en otros tiempos peores.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  8. SAN ISIDRO EN CENICIENTOS

    San Isidro en Cenicientos
    por ser Santo labrador,
    suelen sacar al calor
    en mayo todos contentos.
    Se pasan buenos momentos
    cuando montan en la Plaza
    la festividad que enlaza
    con el Patrón San Esteban,
    y a los dos santos conllevan
    de su Iglesia y de su raza.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  9. PEALES Y ALBARCAS
    "A mi padre y a los jornaleros
    coruchos de su generación".

    Transidos de frío
    peales y albarcas,
    llagadas las marcas
    de pies, del rocío.

    Van los jornaleros
    de rostro atezado,
    al hombro abrazado
    los viejos aperos.

    Funde sus alientos
    la cruda mañana,
    del frío que aplana
    nuestro Cenicientos.

    Hay nieve en la cumbre
    cimera en la Peña,
    que hiberna y que sueña
    y encienden la lumbre.

    Tienen el marqueo
    trazado en el suelo
    y aplastan el hielo
    con un traqueteo.

    Están ajustados
    para abrir las hoyas,
    panes de sus ollas
    de desheredados.

    Con los azadones
    y pico a la piedra,
    nada les arredra
    abriendo zanjones.

    Las manos cubiertas
    de grietas y callos
    cavan como rayos
    las tierras desiertas.

    Tapan los barbados,
    que serán las vides
    cuando en estas lides
    sean injertados.

    Paran un momento
    y echan un cigarro,
    los pies en el barro
    y algún juramento.

    Duros los astiles
    de azadón y pico
    y no magnifico,
    las hoyas a miles.

    Les daban los dueños
    vino en calabaza
    de la misma raza
    que impregna sus sueños.

    Y así la cuadrilla
    de los jornaleros,
    iban con sus fueros
    por toda Castilla.

    La siega en verano,
    la carga de leña
    sin letra pequeña
    lastrando su mano.

    Los hombres de acero,
    de peal y albarca
    fueron remo y barca
    de lo venidero.

    Nosotros sus hijos
    tuvimos abrigo,
    nuestro pan de trigo
    y la escuela fijos.

    Y en el firmamento
    de los jornaleros,
    aquellos braceros
    infunden aliento.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  10. LA CARTA DEL CONTRATO DE LA SIEGA

    A la memoria de Paco, mi padre, que
    en sus años mozos fue segador errante

    Al llegar la primavera
    la carta se recibía
    con desbordante alegría.
    Oliendo a sudor y a era,
    a espiga y a rastrojera.

    Portaba dos buenas nuevas:
    el pan para el segador,
    reanudo de labor,
    dinero en las casas cuevas,
    y advenimiento de brevas.

    Organizar la cuadrilla,
    segadores y un atero,
    y echar mano al refranero:
    compañero ancha es Castilla
    y el sol nos alumbra y brilla.

    Con las alforjas al hombro
    hombres recios y curtidos,
    los aperos bien asidos
    sin sorpresa y sin asombro.
    Ya no están y no los nombro.

    Compartiendo pan y sal,
    su afán y pobres destinos,
    errantes por los caminos
    duros como el pedernal,
    siempre en busca de un jornal.

    Por sendas y vericuetos
    llegaban hasta el Molar,
    con las piedras de amolar
    quemados los esqueletos,
    y en la vestimenta escuetos.

    Después a Villacastín,
    y el páramo castellano
    en el tórrido verano,
    del uno al otro confín
    trigos en surcos sin fin.

    Dormían en los rastrojos
    o con suerte en un pajar
    la hoz en hendir y cortar,
    heridos por los abrojos
    y de sol ciegos los ojos.

    Se ajustaban por fanega,
    perdidos en la llanura
    con ardor de calentura,
    y el sudor que todo anega
    en cuanto la hoz se despliega.

    Tras tres meses de labor,
    de quebranto de riñones
    soñando con los jamones,
    retorno confortador
    y entre familia el calor.

    Y allá lejos columbrada
    ven la imagen de la Peña,
    de Cenicientos su enseña,
    con moneda bien ganada
    y la arribada soñada.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  11. LAS LUCIÉRNAGAS DE CENICIENTOS

    Luciérnagas alumbraron
    las noches de Cenicientos,
    y le dieron lucimientos
    que a sus campos inundaron.
    Mas un día se apagaron
    y no volvimos a ver
    el reflejo del tejer
    estelar del lucernario,
    que marcaban el horario
    del corucho amanecer.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  12. LAS CORNADAS DE LA VIDA

    Las cornadas de la vida,
    junto al paso de los años,
    mitigan los desengaños
    cuando vamos de vencida.
    ¡Oh, verdad esclarecida!
    Que he tardado en comprender,
    en asumir y en saber
    que cuando nada pedimos,
    dando más que recibimos
    es de nuevo en renacer.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  13. EL CORNETAL
    A Emiliano Castro Montero

    Páramo fue "El Cornetal"
    de zarzas y cornicabras,
    bueno solo para cabras
    alacrán y peñascal.

    Los pies era de la Peña
    árido y sin calcetines,
    con unos chaparros ruines
    buenos solos para leña.

    Con piedras color ceniza
    de culebra puesta al sol,
    y escala del caracol
    bajando a por la hortaliza.

    Siempre le vieron así
    desde el pueblo los coruchos,
    cazadero de aguiluchos
    quebrada del jabalí.

    Fue al concluir de la guerra:
    ¡el repoblarlo de pinos!
    arbolando sus caminos
    y embelleciendo su sierra.

    Un mar creció de esmeraldas
    visto desde Cenicientos,
    olas que agitan los vientos
    con un revuelo de faldas.

    Y a través de su pinar
    ascendemos a la Peña,
    y en su cima nos enseña
    bien despiertos a soñar.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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