EL PP DE CENICIENTOS ABANDONA UN PLENO POR LA ACTITUD DEL EQUIPO DE NATALIA NÚÑEZ
Los tres concejales del Partido Popular de Cenicientos, encabezados por Héctor Añover, abandonaron el pasado 1 de octubre el pleno convocado por el Ayuntamiento por la que califican como "falta de respeto de la Alcaldesa y sus concejales a los concejales del Partido Popular".
Así lo ha manifestado el Partido Popular en su cuenta de Facebook:
El PP ha presentado una moción para buscar una solucion a la falta de limpieza del municipio pero a la Alcaldesa no la gusta que se le diga que tiene el pueblo sucio.
Y como no le gusta, porque hubiera vivido mejor en una época absolutista, en vez de argumentar, se ha dedicado, junto a sus concejales, a despreciar, a insultar y a discriminar a unos concejales del PP a los que han votado el 30% de los coruchos.
Sentimos mucho que no les guste, pero vamos a seguir desarrollando nuestra labor de oposición de forma leal a los vecinos, que es a quienes nos debemos, y vamos a seguir diciendo lo que creamos conveniente, sin que nadie nos censure, sin que nadie nos diga lo que tenemos que decir, y lo vamos a seguir haciendo.
No vamos a consentir este circo ni esta falta de respeto. La alcaldesa y sus concejales tienen que asumir la responsabilidad de gobenar conforme a la Ley, y una de ellas es mantener el pueblo limpio.
Y mientras no lo hagan se lo vamos a seguir reclamando, que para eso cobra.
Se llama democracia, aunque no sepan lo que es, y si lo saben no les gusta.
EL PUENTE DE LA CHORRERA
ResponderEliminarEl puente de la Chorrera
a coruchos vio pasar,
con su ganado lanar,
sus mulas y vertedera.
Por la estrecha carretera
camino iban de Escalona
cuando el blasón que blasona
a la ciudad imperial
era nuestra capital
y de España la corona.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
CAMINO DE ESCALONA
ResponderEliminarSátira
Camino de Escalona
Luz y María,
ha tirado la mula
al ser de día.
En curvas de Maulejas
Luz y María,
por aquellas revueltas
mañana fría.
Iban a sentadillas
Luz y María,
dos expertas jinetas
en tontería.
Malheridas se vuelven
Luz y María,
coruchas no curadas
de su manía.
Desearon creerse
Luz y María,
descendientes de hidalgos
¿de qué hidalguía?
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL PUENTE ROMANO
ResponderEliminarSi este puente nos hablara
y hablaran sus piedras muertas,
pisadas, historias ciertas
de los coruchos contara.
Otra canción nos cantara
si sus pocos monumentos,
clasificando elementos,
fueran una historia viva
de cultura sensitiva
del alma de Cenicientos.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
SI UN
ResponderEliminarSI UN
ResponderEliminarSI UN PATRÓN QUE A REMO BOGA
ResponderEliminarSin un Patrón que a remo boga
y anticuado se ha quedado
y se siente denostado,
no debe tensar la soga.
si en esa nave se ahoga
y carece de asideros,
dé paso a nuevos remeros
que tengan un buen piloto,
y aunque sea en mar ignoto
busquen nuevos caladeros.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL CIRCO DE DON PAQUITO EN CENICIENTOS
ResponderEliminarSe instaló en la Corredera
aquel circense espectáculo,
y a mí me elevo al pináculo
de lo más grande que viera.
Mi madre en su faltriquera
atesoraba unos duros,
y a mis ruegos y conjuros
le dio en perras menudito,
hasta un duro a don Paquito,
y magia vi tras sus muros.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL CIRCO DE DON PAQUITO EN CENICIENTOS
ResponderEliminarSe instaló en la Corredera
aquel circense espectáculo,
y a mí me elevo al pináculo
de lo más grande que viera.
Mi madre en su faltriquera
atesoraba unos duros,
y a mis ruegos y conjuros
le dio en perras menudito,
hasta un duro a don Paquito,
y magia vi tras sus muros.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LA CALLE DEL SOLANILLO
ResponderEliminarA calle del Solanillo
caracteriza una cosa:
una punta es anchurosa
y a otra tapa un visillo.
Por la dos se va al Cerrillo,
y la da vitalidad
y cierta impetuosidad
el que da a dos grandes calles
ciñéndolas por los talles:
a la larga y libertad.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
EL CALLEJÓN DE LA BREVA
ResponderEliminarEl Callejón de la Breva,
tan minúsculo y breve es,
que del pueblo es entremés
que no cambia y se renueva.
Y siempre que fuerte nieva,
sus tejados aposentos,
y sus muros son cimientos,
donde a los copos de nieve
agita una brisa leve
que adormece a Cenicientos.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
DON CLAUDIO SÁNCHEZ-ALBORNOZ
ResponderEliminarY SU VINCULACIÓN CON CENICIENTOS
Hora es de dar su nombre a una calle,
al historiador Sánchez-Albornoz,
que en recuerdos de infancia prestó voz
y a Cenicientos describió en detalle.
Correteó de niño por el valle
y del pueblo corucho fue altavoz,
supo del manejo de azadón y hoz
y a la mancera ceñirla del talle.
Medievalista de obra universal
abarcando a la España sarracena,
épica describió la reconquista,
recordando su infancia ceniental
con el abuelo cribando la arena
y a la Peña Buvera ante su vista.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LA CASA DEL MINERO
ResponderEliminarDormita el caserón en el derrumbe
con vigas carcomidas entre incuria
y paredes pasada la centuria
de altozano mostrando pesadumbre.
Caserón que libró de incertidumbre
a coruchos viviendo entre penuria
y necesidad cruel, dureza y furia
del puchero vacío ante la lumbre.
El minero fue pródigo en jornales
y donaba a las pilas bautismales
que Cenicientos en su iglesia tiene,
y a coruchos nacidos en su seno
a atropellos notorios puso freno
en caserón que en pie no se sostiene.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
MARÍA PILAR ZURDO DÍAZ
ResponderEliminar"Donde quiera que estés,tu
recuerdo va conmigo amiga".
Fue una corucha preclara
que se nos fue prontamente,
de privilegiada mente
fugaz como el agua clara.
Pese a que poco durara
su recuerdo es imborrable
y es deber indeclinable
que te recuerde el amigo
que participó contigo
en un tiempo memorable.
A pesar de sus dolores
y su permanencia en cama
era del roble una rama
del árbol de sus amores.
Operaciones y horrores
soportaba su columna,
y ella como buena alumna
era estoica en su estoicismo
de un singular heroísmo
de las de Hércules, columna.
Profundamente creyente
su esperanza la cifraba
en la Virgen que la amaba
y en el fervor de la gente.
Ingeniosa y ocurrente
y rodeada de amigos
espectadores testigos
de su sonrisa radiante,
y ser de la vida amante
y amapola de los trigos.
Y cuando entró en la agonía
y vio a la muerte de cerca
vio a sus pinos de La Alberca
y a su arroyo de agua fría.
Y la Muerte que venía
resuelta con su guadaña
en la silla de espadaña
se sentó y con gran respeto
le susurró en un secreto
-¡El llevarte a ti me daña!
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
PAULINA
ResponderEliminarSiempre vivaz y risueña,
de espíritu bailarín,
su vitalidad sin fin
la hace grande y es pequeña.
De la alegría se adueña
como el sol de la colina,
y con ella la neblina
que a veces cubre a las Peñas,
abatida entre las breñas
se ha postrado ante Paulina.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
MARGARITA
ResponderEliminarEn la iglesia por la tarde
la catequesis nos daba,
al par que nos enseñaba
con modestia y sin alarde.
Que la del roble te guarde
y te encamine ancianita,
y nuestra Virgen bendita
cuando te eleve del suelo
remonte tu vuelo al cielo
dulce y casta Margarita.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho
LA TÍA RAIMUNDA
ResponderEliminarPor la Plazuela pasaba
y el borrico la precede,
y en el pescuezo colgaba
una esquila que sonaba
en la cuadra a la que accede.
Siempre triste y enlutada
y silenciosa se mueve
cuando va en la madrugada
con atavíos de helada
y el frío no se conmueve.
Por los pueblos del contorno
vendía su pacotilla,
y en su cansado retorno
era siempre en el entorno
ver al marido en la silla.
Paralítico impedido
de ejercer ningún trabajo,
estaba siempre invadido
de un furor incontenido
que practicaba a destajo.
Y ella le montó un negocio
para poder mantenerse,
y sin saber que era ocio
años de pobreza y bocio
él comenzó a rehacerse.
Pipas, chicles caramelos,
vendía el hombre a la puerta
y vivía unos desvelos
y entre muchachos consuelos
siempre con la puerta abierta.
Para acceder a la casa
había previo un corral
y un perrito que acompasa,
y la vida se la pasa
a la sombra de un parral.
De muchachos gran trasiego
con perras en el bolsillo
llevar a veces sosiego
y las más desasosiego
si nos daba el tabardillo.
Y mientras tanto Raimunda
va por caminos de Dios
con su tristeza profunda
y en lo triste la secunda
su borrico que va en pos.
¡Almas que venís al mundo
marcadas por un estigma
donde un misterio profundo
os marca un paso infecundo
como prueba del enigma!
Y aquella mujer tan buena
bajó en silencio a la tumba
sin hijos en la cadena,
y su recuerdo me apena
y en olvido no sucumba.
Saturnino Caraballo Díaz
El Poeta Corucho