domingo, 25 de septiembre de 2016

PLAGA DE MOSQUITO VERDE EN LA VID DE CENICIENTOS



PLAGA DE MOSQUITO VERDE EN LA VID DE CENICIENTOS
Por: Venero Horcajo

El mosquito verde (Empoasca spp.) es un insecto pequeño de color verde claro con forma de cigarra que mide entre 3-4 mm de longitud. Este insecto afecta a multitud de cultivos: vid, pimiento, tomate, melocotones...

Normalmente se encuentra en el envés de las hojas tanto en su estado de larva, como después cuando se hace adulto y desarrolla alas.

Estos insectos son muy activos y se desarrollan y multiplican muy deprisa, succionando la savia de los vasos conductores principales de las plantas. Su saliva es muy tóxica para las plantas, llegando a secar la hoja y dejando a las plantas literalmente peladas. Así, las plantas no pueden desarrollar la fotosíntesis, perjudicando al fruto (en el caso de la vid, al racimo) e impidiendo su maduración. Para el agricultor, supone una gran pérdida de la calidad y cantidad de la cosecha.

La presencia del mosquito verde también provoca que los sarmientos se agosten antes de tiempo y lleguen al invierno con falta de madurez, afectando a la cosecha del año posterior.

Pues bien, en Cenicientos y en otros pueblos y provincias limítrofes, y debido a las condiciones climáticas de principios del mes de septiembre (sobre  todo la semana del 5 al 11 de septiembre, con altas temperaturas), se ha desarrollado una gran plaga de mosquito verde, afectando de forma brutal en las zonas más cálidas del municipio. Este fenómeno, para todos desconocido, se achacaba en primer momento a la sequía y al calor.

Algunos alertados por vecinos de pueblos como Villa del Prado, donde atacó antes el insecto, observamos el envés de nuestras cepas descubriendo que estaban llenas de mosquito verde y empezamos a tratar las cepas. Afortunadamente, el tratamiento es efectivo y los mata, pero al ser un tratamiento sistémico que penetra en la savia de la cepa (es decir, se produce la absorción del veneno en un período de 15 días) de utilizarlo en estos días no podría realizarse la recolección de las uvas ante el inminente comienzo de la campaña 2016.
Esta absorción dura 3-4 días en tomates y pimientos.

Como conclusión, aconsejo que después de vendimiar se traten todas las cepas, ya que este insecto en estado adulto se protege del invierno entre las hojas de cualquier planta silvestre, permaneciendo en estado de latencia hasta su reproducción.




26 comentarios:

  1. HEREDEROS DEL LEGADO CORUCHO

    Herederos del legado
    viñador en tradición,
    tenemos la obligación
    de cuidar de lo heredado.
    Se nos dejó encomendado
    por nuestros antecesores,
    y de ellos somos deudores
    del cuidado de las viñas,
    que otrora fueron campiñas
    y el Lar de nuestros mayores.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  2. EN LA VIÑA EL VIÑADOR

    En la viña el viñador,
    en claro día de invierno
    quiere su viñedo eterno
    y hoyas abre con ardor.
    Barbado reponedor,
    lleva una mano que agarra
    barbado que será parra
    cuando con el azadón,
    abriendo hoya hará hondón,
    donde repone una marra.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  3. LA ACCIÓN DEL VIENTO EN MI VIÑA

    El viento riza a la oliva
    en tanto a la higuera peina,
    a un almendro lo despeina
    y entre los surcos deriva.
    Mas a la viña cautiva
    de tal forma y de tal modo,
    que va mareando todo
    y una cepa peina, crespa,
    y a las demás las encrespa
    y a mí me da con el codo.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  4. ÚBERRIMOS LOS RACIMOS

    Úberrimos los racimos
    las uvas senos que estallan
    y las cepas no se callan
    y siempre demandan mimos.
    Son esposos y son primos
    que comparten casamientos,
    tálamos y ayuntamientos
    y en las viñas la coyunda,
    que a la postre va y redunda
    en vinos de Cenicientos.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  5. MIRAD LA VIÑA EN REPOSO

    Mirad la viña en reposo,
    las retamas amarillas,
    acirates en cuclillas
    y olivos de tronco añoso.
    Ved este día brumoso
    con las cepas sin sarmientos
    sometida a podamientos,
    para que el pámpano crezca
    y luciendo lo embellezca
    al racimo en Cenicientos.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  6. LINDERO ES MI CORAZÓN

    Lindero es mi corazón
    en la viña con el tuyo,
    y una bodega construyo
    a sus uvas ya en sazón.
    Un vino en fermentación
    ya me penetra y anega,
    y me emborracha y me ciega
    y me inunda y se derrama,
    con el fuego de la llama
    que se apaga en tu bodega.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  7. UNA AFILADA NAVAJA

    Una afilada navaja
    de uva corta el racimo,
    y propicia el aproximo
    del mosto hacia la tinaja.
    Una navaja se faja
    con la cepa y sus sarmientos,
    madre de sus cortamientos
    tiene dispuesta una cuba
    a donde ha de llevar la uva
    del vino de Cenicientos.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  8. EN EL CAMPO SIN FAENA

    En el campo sin faena
    la vida no se concibe,
    y hervidero se percibe
    de abejas en la colmena.
    Y en mí la voz que resuena
    del azadón empleando,
    es a mi padre cavando
    y al preguntarle que hacía
    al momento respondía:
    "¡Pues ya ves, aquí enreando!".

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  9. LA VENDIMIA DE LOS NIÑOS JORNALEROS

    Impúberes argonautas
    sobre las cepas esbeltas,
    las navajas vuelan sueltas
    de los infantiles nautas.
    Sin chirimías ni flautas
    en busca del vellocino
    de oro del tinto vino,
    de las cepas el racimo
    nos daba el valor y animo
    de forjar nuestro destino.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  10. RACIMOS ARRACIMADOS

    El racimo arracimado
    colma sacos y serones,
    e iba formando montones
    uva a uva fragmentado.
    Sobre el suelo embaldosado
    lo recibía Ciriaco;
    volcaba serón y saco
    e inundaba a la bodega
    de las uvas que le entrega
    el mismísimo dios Baco.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  11. ARREBOL EN LAS HIGUERAS

    Arrebol en las higueras
    y el sol sobre sus pinares
    y magia en sus olivares
    son sus prendas duraderas.
    Las cepas enredaderas
    de vistosos ornamentos,
    parrales son de argumentos
    junto al aire de las brisas
    de traerle las divisas
    al vino de Cenicientos.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  12. A MEDIDA QUE MADURA

    A medida que madura
    la viña en pleno se alegra
    viendo cómo su uva negra
    la tierra parda escultura.
    Negritud que en la llanura
    va creando sedimentos
    sobre racimos contentos
    de integrar unos con otros
    lo mejor entre nosotros
    nuestro vino en Cenicientos.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  13. EL PAN DE LAS DIEZ

    Del corucho las faenas
    tenían hora:¡pardiez!,
    sin cincel, sin almirez
    se aflojaban las cadenas.

    Fuera fatigas y penas,
    olvidaos de altivez,
    parad, al pan de las diez,
    tengamos las tripas llenas.

    Descansaban los astiles,
    y la mula en la besana,
    el leñador en el monte

    cien veces, doscientas, miles,
    y en su mente soberana
    buscarse un nuevo horizonte.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  14. LAS UVAS DE LA GARULLA

    Apilados en montón,
    de racimos llenan sacos,
    y avispas sin arrumacos
    les pican por diversión.
    De las uvas dispersión,
    sobre rocas se zambulla
    y dos dedos apabulla
    y las recoge del suelo,
    y coruchos sin recelo
    llaman las de la garulla.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  15. EL PILÓN DE LAS PANTEZUELAS

    En atardeceres primaverales
    de parada, pilón y abrevadero,
    tus mansas aguas de fondeadero
    aflojaban riendas de los ramales.

    Y te veíamos los colegiales
    apostados en el embarcadero,
    de niños coruchos el el sendero
    habituado al trato con animales.

    Y nos veíamos ya de mayores
    entre mulas carros y vertederas,
    manos agrietadas por las manceras;

    hablando del campo y sus pormenores,
    contemplando el agua de los pilones,
    taberna del burro y sus pormenores.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  16. LOS CENCERRONES DE LA PARRILLA

    Después de la vendimia terminada
    solíamos echar una jornada.
    En las viñas, buscando el cencerrón
    y de la mula llenando el serón.
    Eran días hermosos y otoñales
    con las hojas muriendo en los parrales.
    Negreando lo que quedó en la vid
    de estos campos gloriosos de Madrid.
    Así era la vendimia del sin tierra,
    del que lucha en la vida y no se aterra.
    Y aparta los abrojos del camino
    variando los designios del destino.
    Volvíamos a casa con la carga
    armados con la lanza y con la adarga.
    Del esplendor fulgente del racimo
    que nos daba calor junto al arrimo.
    Del leño incandescente de la lumbre,
    y el porrón heredad de la costumbre.
    Convertido en el mosto que hace al vino
    fortalecer el ánimo cansino.
    Según la sabia opinión de los viejos,
    duchos en vinos jóvenes y añejos.
    Legatarios de una secular ciencia,
    la voz universal de la experiencia.
    Y pisábamos la uva en una artesa
    anclada y sustentada por la mesa.
    Tosca bodega en el angosto hogar,
    decimonónico ancestral lagar.
    Luego aquel caldo iba a la tinajilla
    calzada con las patas de una silla.
    Permitiendo al tiempo hacer su labor,
    dándole al mosto solera y sabor.
    La abríamos la noche de difuntos
    al amor del fuego asando castañas,
    los cuatro en mi casa todos juntos
    con mi padre contándonos hazañas.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  17. YACIMIENTOS DE OLIVARES

    Yacimientos de olivares,
    de viñedos y de higueras,
    y trillar en las praderas
    en tardes crepusculares.
    Y el humo de los hogares
    aunando los pensamientos
    que aromatizaban vientos
    de águilas en peñascales,
    vigilando los corrales
    fue el alma de Cenicientos.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  18. VUELA EL TAMO DE LA PARVA

    Vuela el tamo de la parva;
    la tarde cayendo está
    y el sol se aleja y se va
    barbeandose la barba.
    La mula impaciente escarba,
    y desprovista de arreos
    comienza a dar cabeceos,
    y a la cuadra se encamina
    al pesebre que culmina
    el ansia de sus deseos.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  19. YA ESTÁ MADURA LA BREVA

    Ya está madura la breva;
    en viñas del Cardenchal,
    y es tan humilde y frugal
    que ya nadie se la lleva.
    Y la cigarra se eleva
    y con su canto la arropa,
    y del tronco hasta la copa
    está asordando a la higuera,
    y el cigarrón que lidera
    se posa sobre su popa.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  20. APESTADOS POR LA PESTE

    Apestados por la peste,
    solos, vetados y aislados,
    los coruchos son dejados
    entre su paisaje agreste.
    Mas surgió un viento celeste
    que desde Almorox les vino,
    donde el obispo convino
    que les trajeran el pan,
    algo de carne y les dan
    pellejos llenos de vino.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  21. CUANDO TU SOMBRA DE OLIVA

    Cuando tu sombra de oliva
    benéfica de olivado
    me presta su sombreado
    nunca hay día a la deriva.
    De inmediato se me activa
    del trabajo un protocolo
    y en el trabajo me enrolo,
    de tal forma y de tal suerte
    que tu sombra en mí se vierte
    y dejo de hallarme solo.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  22. DESPIERTA EL ALBA DORMIDA

    Despierta el alba dormida
    sobre las canoras fuentes
    y los pájaros durmientes
    saludan la amanecida.

    El pueblo del sueño emerge
    y da comienzo la vida
    a la actividad nacida
    en que el pueblo se sumerge.

    Pueblo siempre laborioso
    de segadores y viñas
    y placenteras campiñas
    que está pereciendo ocioso.

    Mira en torno a ti la encina
    y su armonía en el monte
    dando paz al horizonte
    que hacia ella te encamina.

    Sosiego nos da la encina
    cuando el trabajo está hecho
    pero yermo esta el barbecho,
    ¡corucho siembra y camina!

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  23. EL ALBILLO DE CADALSO DE LOS VIDRIOS

    El pálido áureo de oro
    eclosionando en la viña,
    es crisol de la campiña
    y en Cadalso es un tesoro.
    Crepitar dulce y sonoro,
    néctar del fruto amarillo
    al que liba el pajarillo,
    y una vez llevado a casa
    se saborea y se amasa
    placer con uva de albillo.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  24. EL CORUCHO DESNARIGADO

    Junto al Camino Real,
    y de esto hace luengos años
    cuando decían hogaños
    y un páramo el Cornetal.
    Un corucho y su destral
    y podador en su viña
    sobre corucha campiña,
    y blandiendo las tijeras
    en las manos podaderas
    el hombre casi la diña.

    Por allí pasó un paisano
    con una carga de leña
    en una mula pequeña,
    parándose campechano.
    -¿Qué tal la poda Mariano?
    -A estos andurriales ando
    tranquilamente podando,
    cuando quiero echo un cigarro
    y tasco la galga al carro
    y observo nubes volando.

    -Mariano, ten tacto y ojo
    manejando las tijeras
    que a veces son traicioneras,
    y te pueden dejar cojo..,
    o sin nariz a su antojo.
    -Tú no me jodas Manolo,
    ni me toques más el bolo.
    Y empezó a tijerear
    y sin narices quedar
    como la estatua de Apolo.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  25. EL CORUCHO DESNARIGADO

    Junto al Camino Real,
    y de esto hace luengos años
    cuando decían hogaños
    y un páramo el Cornetal.
    Un corucho y su destral
    y podador en su viña
    sobre corucha campiña,
    y blandiendo las tijeras
    en las manos podaderas
    el hombre casi la diña.

    Por allí pasó un paisano
    con una carga de leña
    en una mula pequeña,
    parándose campechano.
    -¿Qué tal la poda Mariano?
    -A estos andurriales ando
    tranquilamente podando,
    cuando quiero echo un cigarro
    y tasco la galga al carro
    y observo nubes volando.

    -Mariano, ten tacto y ojo
    manejando las tijeras
    que a veces son traicioneras,
    y te pueden dejar cojo..,
    o sin nariz a su antojo.
    -Tú no me jodas Manolo,
    ni me toques más el bolo.
    Y empezó a tijerear
    y sin narices quedar
    como la estatua de Apolo.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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  26. EL ALBILLO DE CADALSO DE LOS VIDRIOS

    El pálido áureo de oro
    eclosionando en la viña,
    es crisol de la campiña
    y en Cadalso es un tesoro.
    Crepitar dulce y sonoro,
    néctar del fruto amarillo
    al que liba el pajarillo,
    y una vez llevado a casa
    se saborea y se amasa
    placer con uva de albillo.

    Saturnino Caraballo Díaz
    El Poeta Corucho

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